domingo, 31 de julio de 2016

Estancias de san Ignacio de Loyola en el Gesú


Hoy recordamos un gran santo de la Iglesia Católica: san Ignacio de Loyola. Existen tres polos geográficos en su vida: España, donde nació (Loyola), y donde experimentó su conversión tras su convalecencia y visita al Monasterio de Montserrat; Francia, donde estudió y formó el grupo original de la Compañía de Jesús; y roma, donde estableció la sede de la nueva orden y donde falleció. Sobre todos los demás lugares ignacianos de Roma, se encuentra la Iglesia del Gesú, el célebre templo que funcionó como casa madre de los jesuitas, y cuyo modelo arquitectónico fue profusamente repetido en todo el orbe católico. En la Iglesia del Gesú, se encuentran las llamadas Estancias de san Ignacio. Se trata de la celda que ocupó el santo, y en la que murió, convertidas hoy en capillas. El siguiente reportaje italiano nos muestra este lugar santo ignaciano.

martes, 26 de julio de 2016

Real Monasterio de san Joaquín y santa Ana

En el corazón de la ciudad de Valladolid se encuentra el Real Monasterio Cisterciense de San Joaquín y Santa Ana. La ciudad de Valladolid fue sede, desde la Edad Media, del célebre monasterio benedictino de San Benito el Real, cabeza de la Congregación del mismo nombre, que agrupó hasta la desamortización a todos los monasterios benedictinos hispanos. No muy lejos de este célebre y hoy inexistente monasterio, se hallaba el Monasterio del que hoy nos ocupamos, en la memoria de los santos padres de la Virgen maría. 

El Monasterio fue construido por Francisco Praves. En 1777, encontrándose el edificio muy deteriorado y amenazando ruina, la comunidad se dirigió al rey Carlos III solicitando amparo y la reconstrucción del mismo, ya que era fundación de patronato regio. El monarca encargó los planos de la nueva construcción a su arquitecto Francisco Sabatini, iniciándose las obras en 1780. Como director de las mismas ofició primero Francisco Balzaina, teniendo como contratista a Francisco Álvarez Benavides, y más tarde a M. Mariátegui. El nuevo edificio se inauguró en 1787. La actual comunidad de monjas pertenece a la Orden Cisterciense de San Bernardo o de Castilla.

El video que vemos a continuación, procedente de la Televisión de Castilla y León, a pesar de que incide exclusivamente en el aspecto artístico del edificio, nos permite penetrar en el rico contenido espiritual de este lugar santo.

lunes, 25 de julio de 2016

López Ferreiro. Historia de la Catedral Compostelana


En los comienzos del siglo IX dieron en esparcirse rumores de que de la otra parte del castro, en el sitio en que justamente el bosque era más cerrado y más denso, se veían de noche luces extrañas como estrellas y aun se oían voces suaves y armoniosas. Los rumores cada día fueron tomando cuerpo, hasta que se hicieron públicas y notorias aquellas maravillosas manifestaciones, y muchos eran los que deponían haber visto las luces y resplandores prodigiosos y haber oído las voces y los cánticos.

Vivía por allí cerca, hacia el sitio que hoy ocupa la iglesia de San Payo o Pelayo, un piadoso anacoreta, por nombre Pelayo, el cual, fuese por divina inspiración, como dicen algunos, fuese por inducción de algunos datos históricos que él pudiese poseer, no tardó en darse cuenta de lo que significaban aquellas extraordinarias aparicio­nes, pues para él en aquel sitio debía hallarse sepultado el cuerpo del bienaventurado apóstol Santiago.

Cundió la voz y fama de lo que ocurría, y traspasó los límites de la parroquia de Solobio; pues las luces no desaparecían, ni los cánticos cesaban. Ya no era sólo el vulgo, el pueblo, el que se hacía eco de tales prodigios; sino que muchas personas notables quisieron averiguar qué era lo que en esto había de cierto, y contemplar por sí mismas tan inusitado espectáculo. Ya no cabía dudar de que aquello era presagio o indicio de algún grave y trascen­dental acontecimiento, que estaban muy lejos de poder adivinar. Los más autorizados entre ellos juzgaron que lo que procedía era poner en conocimiento del Diocesano, el Obispo de Iria, todo lo que estaba pasando, para que él tomase las providencias que creyese más convenientes.


El venerable Teodomiro, que éste era el Prelado que entonces ocupaba la Sede Iriense, escuchó, no sin extrañeza y asombro, lo que le referían aquellas personas dignas de entero crédito, entre las cuales es fácil que se contase el anacoreta Pelayo; pero, no porque dudase de su veraci­dad, sino porque quería presenciar por sí mismo aquellos prodigios, dejó su ciudad episcopal y se vino al solitario bosque, teatro de tan impensadas maravillas. Y vio por sus propios ojos las maravillosas luces y resplandores, y oyó las angélicas melodías. No era dado vacilar; todo aquello encerraba un misterio que, con los auxilios divinos, era preciso aclarar. Publicó un ayuno de tres días para obtener del Señor luz y acierto en los trabajos que se proponía emprender.

Hecha esta necesaria diligencia para no incurrir en la nota de temeridad, el día de antemano señalado se presentó con trabajadores de su confianza en el lugar de las estrellas, comenzó a desmontarlo de toda la maleza y ramajes, y pronto descubrió restos de antigua edifica­ción. Esto no hizo más que comunicar mayor ardor a los opera­rios, mayor atención y ansiedad al Prelado, y aumentar la indecible expectación de las turbas de fieles, que habían acudido en tropel al sitio, ávidos de contemplar el desenlace de tan extraordinarios acontecimientos.


Comienzan a sacar ladrillos, trozos de mármol, sillares de granito, hasta que al fin dan con los muros de un pequeño monumento perfectamente labrado. Con creciente afán y empeño siguen escombran­do, y dejan al descubierto el edificio y el embaldosado que lo rodea. Allí pudieron notar dos sepulturas cubiertas con baldosas de ladrillos; pero ¿qué era lo que contenía el edificio? La puerta estaría probablemente tapiada. A una indicación del Prelado la franquean; y el venerable Teodomiro penetra y ve un altar, y al pie del altar una losa sepulcral rodeada de un pavimento de mosaico. Hace levantar la losa; y aparece un cadáver, que a juzgar sólo por el sitio donde se halla, debajo de un altar, no podía menos de ser de un Santo, y de un gran Santo.

Reconoce, registra, repasa todo el Sepulcro, todos los objetos que en él se hallan, examina la bóveda, las paredes, quizás decoradas con pinturas, y todos los rincones del monumento, se fija en la lámpara o lucerna que debió estar cerca del altar, y halla no ya indicios, sino pruebas evidentes de que el Santo que allí yace sepultado es nada menos que el Apóstol Santiago, Evangelizador de España. Esto le movió, sin duda, a confrontar con los datos que se hallaban consigna­dos en algunos de los códices que entonces habían de guardarse en Iria, las circunstancias del lugar y del hallazgo; y por de pronto vio que aquel sitio se llamaba Arca Marmorica, y que estaba dentro de los confines de Amaia. Éste era el sitio en que las antiguas memorias colocaban el Sepulcro de Santiago

domingo, 24 de julio de 2016

Sodoma y Gomorra

 

En aquellos días, el Señor dijo: -«La acusación contra Sodoma y Gomorra es fuerte, y su pecado es grave; voy a bajar, a ver si realmente sus acciones responden a la acusación; y si no, lo sabré.»

Con este texto comienza la primera lectura de la liturgia de este domingo. Procede del Libro del Génesis, y va a relatar el diálogo entre Dios y Abrahán, por medio del cual prometió Dios a Abrahán perdonar a la ciudad si tan solo se encontraban diez justos en Sodoma y Gomorra. La relación de este texto con el Evangelio consiste en la idea de que Dios escucha las plegarias de quien con confianza se dirige a él.

sábado, 23 de julio de 2016

Santa Brígida en Roma

Santa Brígida viajó a Roma en el año 1349 con el propósito de tomar parte en la celebración del jubileo de 1350, y para obtener el permiso del papa de fundar una nueva orden religiosa. El papa residía entonces en Aviñón, y se había prohibido el establecimiento de nuevas órdenes. La ausencia del papa no desanimó a Brígida, pues ella ya sabía, debido a una visión que había tenido, que ella vería al Papa y al Emperador encontrarse en Roma.

En Roma residió primero cerca de la basílica de San Lorenzo in Damaso. Fue testigo del decaimiento espiritual de la ciudad. Escribió cartas al papa, donde le suplicaba que regresara a Roma. En 1368, el papa Urbano V regresó a Roma y el 21 de octubre se entrevistó con el emperador Carlos IV. Entonces pudo Brígida entregar las constituciones de su orden al papa. Fueron aceptadas con varias revisiones con las que probablemente Brígida no estuvo nada de acuerdo. Además el papa tomó la decisión de dejar Italia nuevamente por motivos de seguridad, situación con la que Brígida no aprobó. Ella profetizó que el papa recibiría un fuerte golpe de Dios, y cuando Urbano V tenía dos meses de haber regresado a Aviñón, murió.

En 1371, cuando contaba con unos 68 años, Brígida realizó un viaje a Tierra Santa, con un itinerario que pasaría por Nápoles y Chipre. En Nápoles murió su hijo Carlos Ulvsson, lo que le acarreó a Brígida grandes preocupaciones. Ella tuvo entonces otra aparición, que le garantizó el perdón divino a su hijo gracias a las oraciones y lágrimas de su madre. Cuando regresó a Roma en el verano de 1373, una enfermedad la debilitó, y finalmente murió en la actual Plaza Farnese. De acuerdo a su propia voluntad, sus restos mortales fueron trasladados a Suecia, específicamente al convento de Vadstena después de haber sido enterrados en la iglesia romana de San Lorenzo in Panisperna. En 1377, por orden del obispo de Jaén Alfonso Pecha de Vadaterra, amigo y confesor de Brígida, salió a la luz la primera edición de sus Apariciones celestiales. En 1378, se llevó a cabo otra aprobación sobre las reglas de la orden religiosa de Brígida, y en 1384 se consagró el convento de Vadstena.

Terminamos, ahora, la Catequesis de Benedicto XVI sobre la santa, pronunciada el 27 de octubre de 2010:

Los restos de Santa Brígida, Vadstena, Suecia. 

En 1349 Brígida dejó para siempre Suecia y se dirigió en peregrinación a Roma. No sólo quería tomar parte en el Jubileo de 1350, sino que deseaba también obtener del Papa la aprobación de la Regla de una orden religiosa que quería fundar, dedicada al Santo Salvador, y compuesta por monjes y monjas bajo la autoridad de la abadesa. Este es un elemento que no debe sorprendernos: en la Edad Media existían fundaciones monásticas con na rama masculina y una rama femenina, pero con la práctica de la misma regla monástica, que preveía la dirección de la Abadesa. De hecho, en la gran tradición cristiana, a la mujer se le reconoce una dignidad propia y – a ejemplo de María, Reina de los Apóstoles – un lugar propio en la Iglesia, que, sin coincidir con el sacerdocio ordenado, es también importante para el crecimiento espiritual de la Comunidad. Además, la colaboración de consagrados y consagradas, siempre en el respeto de su vocación específica, reviste una gran importancia en el mundo de hoy.

En Roma, en compañía de su hija Karin, Brígida se dedicó a una vida de intenso apostolado y de oración. Y desde Roma se fue en peregrinación a varios santuarios italianos, en particular a Asís, patria de san Francisco, hacia el cual Brígida sintió siempre gran devoción. Finalmente, en 1371, coronó su más grande deseo: el viaje a Tierra Santa, a donde se dirigió en compañía de sus hijos espirituales, un grupo al que Brígida llamaba “los amigos de Dios”.

Durante esos años, los pontífices se encontraban en Aviñón, lejos de Roma: Brígida se dirigió encarecidamente a ellos, para que volviesen a la sede de Pedro, en la Ciudad Eterna.

Murió en 1373, antes de que el Papa Gregorio XI volviese definitivamente a Roma. Fue sepultada provisionalmente en la iglesia romana de San Lorenzo en Panisperna, pero en 1374 sus hijos Birger y Karin la volvieron a llevar a su patria, al monasterio de Vadstena, sede de la Orden religiosa fundada por santa Brígida, que conoció en seguida una notable expansión. En 1391 el Papa Bonifacio IX la canonizó solemnemente.

La santidad de Brígida, caracterizada por la multiplicidad de los dones y de las experiencias que he querido recordar en este breve perfil biográfico-espiritual, la hace una figura eminente en la historia de Europa. Procedente de Escandinavia, santa Brígida atestigua cómo el cristianismo había permeado profundamente la vida de todos los pueblos de este Continente. Declarándola copatrona de Europa, el Papa Juan Pablo II auguró que santa Brígida – vivida en el siglo XIV, cuando la cristiandad occidental aún no había sido herida por la división – pueda interceder eficazmente ante Dios, para obtener la gracia tan esperada de la plena unidad de todos los cristianos. Por esta misma intención, que consideramos tan importante, y para que Europa sepa siempre alimentarse de sus propias raíces cristianas, queremos rezar, queridos hermanos y hermanas, invocando la poderosa intercesión de santa Brígida de Suecia, fiel discípula de Dios, copatrona de Europa.

viernes, 22 de julio de 2016

Basílica de Santa María Magdalena en Vezelay

Los Evangelios nos hablan de dos mujeres que estuvieron unidas a Jesús con vínculos de profunda amistad. Por una parte está María de Betania, hermana de Lázaro, lugar próximo a Jerusalén en el que Jesús pasó alguna temporada, según la narración del Evangelio según san Juan. Y, por otra parte, está María Magdalena, una pecadora de la que Jesús habría expulsado siete demonios, al decir del evangelista san Lucas, que presenció la crucifixón y a quien se apareció el Señor en primer lugar después de resucitado. La confusión se agranda cuando nos referimos a la unción de los pies de Jesús, que una vez se atribuya a la hermana de Lázaro, y otra vez a la pecadora, según los distintos relatos evangélicos.


Lo que es claro es que la Magdalena fue la primera persona a la que se apareció el Señor después de su Resurrección. Su testimonio, con ser tan directo y lleno de amor según la narración de san Juan, debió gozar de escasa credibilidad entre los apóstoles, que salieron corriendo al sepulcro para verificar lo que les estaban contando las mujeres.


La tradición más antigua ligada a María Magdalena la vincula a María, la madre de Jesús. Ambas habrían ido junto al apóstol san Juan a Éfeso, donde habría muerto, y cuyas reliquias se habrían trasladado de allí a Constantinopla. Así lo atestiguo san Gregorio de Tours en el siglo V, sin mencionar para nada su posible presencia en la Galia.


Sin embargo, una tradición medieval habló del viaje en barca por el Mediterráneo de María Magdalena, Marta, su hermano Lázaro y Maximino, uno de los setenta y dos discípulos, así como algunos compañeros, huyendo de las persecuciones en Tierra Santa. Habrían desembarcado en el lugar llamado Saintes Maries de la Mer, cerca de Arlés. Posteriormente, María Magdalena habría viajado hasta Marsella, desde donde emprendió, supuestamente, la evangelización de Provenza, para después retirarse a una cueva -La Sainte-Baume- en las cercanías de Marsella, donde habría llevado una vida de penitencia durante 30 años. Según esta leyenda, cuando llegó la hora de su muerte fue llevada por los ángeles a Aix-en-Provence, al oratorio de San Maximino, donde recibió el viático. Su cuerpo fue sepultado en un oratorio construido por Maximino en Villa Lata, conocido desde entonces como St. Maximin. Posteriormente, sus reliquias se habrían traslado  Ródano arriba hasta el corazón de la Galia.




















Esta leyenda justificó de la "aparición" de sus reliquias en Francia, y la edificación sobre sus supuestas tumbas de grandes templos que se convertirían en célebres lugares de peregrinación. Uno de ellos es la Abadía y hoy Basílica de Santa María Magdalena en Vezelay. Vinculada a Cluny, alcanzó pronto gran notoriedad, especialmente durante el siglo XII. Sin embargo, su decadencia también fue rápida. De hecho, la comunidad fue secularizada en 1537 y sustituida por un cabildo de canónigos. La Revolución también produjo fuertes estragos en el edificio. En la actualidad, la Fraternidad Monástica de Jerusalén procura dar vida al que antaño fuera importante centro de peregrinación de la Cristiandad medieval.


La Basílica de Santa María Magdalena de Vezelay es uno de los templos más bellos de la época románica, de planta basilical y deambulatorio. Siempre ha sido ponderada su bellísima luminosidad y sus grandes proporciones. Aunque sea de escasa credibilidad la leyenda del viaje de María Magdalena, lo cierto es que este lugar santo nos habla de la importancia que tuvo durante la era dorada del monacato cluniacense la figura de esta mujer, llamada Apostola Apostolorum, es decir, la apóstol de los apóstoles, pues fue ella quien, por primera vez, proclamó el mensaje de la Resurrección.

jueves, 21 de julio de 2016

San Lorenzo de Brindisi y el Monasterio de La Anunciada


El Martirologio romano anuncia hoy la memoria de San Lorenzo de BrindisPresbítero y doctor de la Iglesia, de la Orden de los Hermanos Menores Capuchinos, predicador incansable por varias naciones de Europa, que de carácter sencillo y humilde, cumplió fielmente todas las misiones que se le encomendaron, como la defensa de la Iglesia ante los turcos que intentaban dominar Europa, la reconciliación de príncipes enfrentados y el gobierno de su Orden religiosa. Murió en Lisboa, en Portugal, el veintidós de julio de 1619.

Panteón de los Marqueses de Villafranca. La Anunciada

Los marqueses de Villafranca, poderosa familia del Reino, consiguió que sus reliquias, embalsamadas en Lisboa, lugar de su fallecimiento, fueran trasladadas al Monasterio La Anunciada, en su señorío de Villafranca del Bierzo, donde se han custodiado y venerado desde entonces.

Retablo de la Iglesia de La Anunciada

El papa Benedicto XVI le dedicó su catequesis del 23 de marzo de 2011. Ninguna palabra como la suya para glosar la figura del santo:

Tumba de San Lorenzo de Brindisi. La Anunciada

Queridos hermanos y hermanas,

recuerdo aún con alegría la acogida festiva que se me reservó en 2008 en Brindisi, la ciudad que en 1559 vio nacer a un insigne doctor de la Iglesia, san Lorenzo de Brindisi, nombre que Giulio Cesare Rossi asumió al entrar en la Orden de los Capuchinos. Desde la infancia fue atraído por la familia de san Francisco de Asís. De hecho, huérfano de padre a los siete años, fue confiado por la madre a los cuidados de los frailes Conventuales de su ciudad. Algunos años después, sin embargo, se trasladó con su madre a Venecia, y precisamente en el Véneto conoció a los Capuchinos, que en aquella época se habían puesto generosamente al servicio de toda la Iglesia, para incrementar la gran reforma espiritual promovida por el Concilio de Trento. En 1575 Lorenzo, con la profesión religiosa, se convirtió en fraile capuchino, y en 1582 fue ordenado sacerdote. Ya durante los estudios eclesiásticos mostró las eminentes cualidades intelectuales de las que había sido dotado. Aprendió fácilmente las lenguas antiguas, entre ellas el griego, el hebreo y el sirio, y las modernas como el francés y el alemán, que se unían al conocimiento de la lengua italiana y al de la latina, que en esa época se hablaba con fluidez entre los eclesiásticos y los hombres de cultura.

Gracias al dominio de muchos idiomas, Lorenzo pudo llevar a cabo un intenso apostolado hacia diversas categorías de personas. Predicador eficaz, conocía de modo profundo no sólo la Biblia, sino también la literatura rabínica, que los propios Rabinos se quedaban asombrados y admirados, manifestándole estima y respeto. Teólogo versado en la Sagrada Escritura y en los Padres de la Iglesia, era capaz de ilustrar de modo ejemplar la doctrina católica también a los cristianos que, sobre todo en Alemania, se habían adherido a la Reforma. Con su exposición clara y tranquila, mostraba el fundamento bíblico y patrístico de todos los artículos de fe puestos en discusión por Martín Lutero. Entre estos, la primacía de san Pedro y de sus sucesores, el origen divino del Episcopado, la justificación como transformación interior del hombre, la necesidad de las obras buenas para la salvación. El éxito que gozó Lorenzo nos ayuda a comprender que también hoy, llevando hacia adelante el diálogo ecuménico con tanta esperanza y la confrontación con las Sagradas Escrituras, leídas según la Tradición de la Iglesia, constituyen un elemento irrenunciable y de fundamental importancia, como he querido recordar en la Exhortación Apostólica Verbum Domini (n.46).


También los fieles más sencillos, no dotados de gran cultura, se beneficiaron de las palabras convincentes de Lorenzo, que se dirigía a la gente humilde para exhortar a todos a la coherencia de la propia vida con la fe profesada. Esto fue un gran mérito de los Capuchinos y de otras órdenes religiosas, que en los siglos XVI y XVII, contribuyeron a la renovación de la vida cristiana penetrando en profundidad en la sociedad con su testimonio de vida y sus enseñanzas. También hoy, la nueva evangelización necesita apóstoles bien preparados, con celo y valientes, para que la luz y la belleza del Evangelio prevalezcan sobre las tendencias culturales del relativismo ético y de la indiferencia religiosa, y transformen los distintos modos de pensar y de actuar en un auténtico humanismo cristiano. Es sorprendente que san Lorenzo de Brindisi pudiera desarrollar ininterrumpidamente esta actividad de apreciado e infatigable predicador en muchas ciudades de Italia y en distintos países, no obstante realizara encargos importantes y de gran responsabilidad. Dentro de la Orden de los Capuchinos, de hecho, fue profesor de teología, maestro de novicios, muchas veces ministro provincial y consejero general y, finalmente ministro general del 1602 al 1605.

En medio de tantos trabajos, Lorenzo cultivó una vida espiritual de fervor excepcional, dedicando mucho tiempo a la oración y de modo especial a la celebración de la Santa Misa, que a menudo conllevaba horas, entendiendo y conmoviéndose con el memorial de la Pasión, Muerte y Resurrección del Señor.

miércoles, 20 de julio de 2016

San Apolinar de Ravena

Martirologio Romano.- San Apolinar, obispo, que al mismo tiempo que propagaba entre  los gentiles las insondables riquezas de Cristo, iba delante de sus ovejas como buen pastor, y es tradición que honró con su ilustre martirio a la iglesia de Classe, cerca de Rávena, en la vía Flaminia, pasando al banquete eterno el día veintitrés de julio (c. s. II).

lunes, 18 de julio de 2016

Catedral de Ekaterinburgo


Ayer fue el aniversario del bárbaro asesinato de la familia imperial rusa, cuyos miembros fueron canonizados por la Iglesia Ortodoxa el año 2000. Por eso, nos vamos al lugar de su martirio, en Siberia, donde se levantó una catedral sobre el mismo lugar en el que sucedieron tales acontecimientos, con los que se inició el calvario del pueblo cristiano ruso.


La Iglesia sobre la sangre en honor de todos lo santos resplandeciente en la tierra rusa es una iglesia ortodoxa rusa de Ekaterimburgo, Rusia. Conmemora la canonización de los Románov. Fue construida entre el 2000 y el 2003 en el sitio donde estuvo la Casa Ipátiev. En esa casa, el zar Nicolás II de Rusia y su familia fueron asesinados. La iglesia sobre la sangre cubre 2,760 metros cuadrados. Comprende dos iglesias, un campanario, un anexo patriarcal y un museo dedicado a la familia imperial rusa. La iglesia principal fue consagrada por el Patriarca de Moscú y de todas las Rusias, Alejo II, el 16 de junio de 2003.

sábado, 16 de julio de 2016

El Monte Carmelo

Monte Carmelo

El Monte Carmelo es una cordillera en Israel sobre el mar Mediterráneo. Tiene forma triangular, mide unos 26 km de largo y alrededor de 7 kilómetros de ancho y su altura máxima de unos 550 m. La ciudad de Haifa está parcialmente situada sobre el Monte Carmelo, como también otras pequeñas ciudades como Nesher, Tirat Karmel. Su nombre significa "jardín" o "viñedos de Dios" ("Karem El" en idioma hebreo). En la antigüedad estaba cubierta por viñedos y fue siempre famosa por su fertilidad.

Grutas de ermitaños

Una tradición piadosa sostiene que, desde los días de los profetas Elías y Eliseo, hubo en aquella zona hombres de oración que vivían en soledad la búsqueda de Dios. En el período de los Cruzados surgió entre los cristianos el deseo de vivir sobre aquella montaña de vida de entrega al Señor. Así surgió en el Carmelo la vida carmelita. El convento del Monte Carmelo tiene un nombre evocador: "Stella Maris" (Estrella del Mar). Es un hermoso edificio cuadrangular a 500 metros de altura sobre el nivel del Mar Mediterráno en la ciudad de Haifa. 

Cueva de san Elías

El centro del convento lo ocupa el santuario de la Virgen del Carmen. En el altar mayor de esta hermosa iglesia en cruz griega se venera la estatua de la Virgen del Carmen, obra de un escultor italiano en 1836. Debajo del altar se ve la gruta del profeta Elías. Según la tradición, éste era el lugar donde se refugiaba el profeta. Una estatua recuerda al celoso defensor de la religión de Yahwéh.

Profeta Elías

Nos cuentan los Padres Carmelitas que no ha sido fácil la permanencia católica sobre esta montaña. Bien es verdad que, en la época de los Cruzados, el patriarca latino de Jerusalén, San Alberto, pudo dar a los ermitaños del Monte Carmelo una regla religiosa el año 1212. Se cuenta que el carmelita San Simón Stock pasó por aquí antes de su célebre visión del escapulario carmelita. También subió en peregrinación a esta santa montaña el rey San Luis de Francia en el año 1254 en acción de gracias por haberse salvado de un naufragio. 

Con la caída de la ciudad de San Juan de Acre en 1291 vino la persecución árabe que causó el martirio de no pocos religiosos. Después de una larga interrupción de la vida monacal en la montaña que dio ocasión para la expansión del ideal carmelitano por el Occidente, regresaron los religiosos del Carmen al Monte Carmelo por el siglo XVII.

viernes, 15 de julio de 2016

San Buenaventura en Lyon


Estamos hoy recordando la santidad de san Buenaventura. Influyó en su época no sólo a través de su especulación teológica, sino también mediante su acción de gobierno, tanto en la Orden de los Franciscanos, como en la vida de la Iglesia Universal. Un aspecto importante es su participación en el Concilio de Lyon, que trató de realizar la unidad con los ortodoxos.


Gregorio X encomendó a San Buenaventura la preparación de los temas que se iban a tratar en el Concilio ecuménico de Lyon, acerca de la unión con los griegos ortodoxos, pues el emperador Miguel Paleólogo había propuesto la unión a Clemente IV. Los más distinguidos teólogos de la Iglesia asistieron a dicho Concilio. Como se sabe, santo Tomás de Aquino murió cuando se dirigía a él. San Buenaventura fue, sin duda, el personaje más notable de la asamblea. Llegó a Lyon con el Papa, varios meses antes de la apertura del Concilio. Entre la segunda y la tercera sesión reunió el capítulo general de su orden y renunció al cargo de superior general. Cuando llegaron los delegados griegos, el santo inició las conversaciones con ellos y la unión con Roma se llevó a cabo. En acción de gracias, el Papa cantó la misa el día de la fiesta de San Pedro y San Pablo. La epístola, el evangelio y el credo se cantaron en latín y en griego y San Buenaventura predicó en la ceremonia.


El Concilio de Lyon fue convocado en 1272 por el papa Gregorio X. Se desarrolló en seis sesiones a las que asistieron unos quinientos obispos, sesenta abades y más de mil prelados o sus procuradores. También estuvieron presentes Jaime I de Aragón, el embajador del emperador Miguel VIII Paleólogo con miembros del clero griego, y los embajadores de los reyes de Alemania, Hungría, Inglaterra, Escocia, Francia y Sicilia. Especial trascendencia tuvo la presencia de los embajadores del Khan de los Tártaros cuyo reino, situado a espalda del Islam, abría la posibilidad de atenazar a los musulmanes entre dos frentes.


Las sesiones se celebraron en la Catedral de Lyon. Su construcción comenzó en el siglo XII. Las partes más bajas del ábside, las capillas de ambos lados y el transepto fueron construidos entre 1165 y 1180 en estilo Románico. El techo del ábside y el transepto en estilo Gótico, las dos torres orientales, los primeros cuatro tramos de la nave y la bóveda fueron completados entre el siglo XII y el primer tercio del siglo XIII.


A mediados del siglo XIII, las ventanas del coro y los dos rosetones del transepto fueron completados. Entre finales del siglo XII y el primer tercio del siglo XIV, los últimos cuatro tramos y la parte más baja de la fachada fueron completadas. El final del siglo XIV presenció la terminación de los últimos tramos de la bóveda y los rosetones de la fachada en 1392. En el siglo XV, la parte superior de la fachada y las torres fueron completadas. La estatua de Dios Padre fue ubicada en la parte más alta del frontón en 1481. La capilla de los Borbones (nombrada así por los arzobispos que ordenaron su construcción), de un estilo Gótico tardío, fue construida entre finales del siglo XV y comienzos del siglo XVI.

jueves, 14 de julio de 2016

San Martín de Frómista. Cristo crucificado


Aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón. Esta frase del Señor, que leemos en la Eucaristía de hoy, nos invita a contemplar la paciencia del Señor en su Pasión, Por eso, nos vamos hasta la iglesia de San martín de Frómista, para venerar al Señor crucificado. Esta imagen gótica nos muestra al Señor muerto, con la cabeza inclinada, y tres mechas de cabello colgando sobre su brazo derecho.

martes, 12 de julio de 2016

Valumbrosa

Cerca de Florencia, en la toscana, a unos mil metros de altura, se encuentra el monasterio fundado por san Juan Gaulberto, Valumbrosa, el valle sombrío. Desde entonces, habitan allí los monjes. El siguiente reportaje de la televisión pública italiana describe la vida cotidiana de estos monjes. A pesar de estar hablado en italiano, merece la pena verlo, para hacernos una idea no sólo del lugar, sino también de la actual forma de vida de estos monjes.

lunes, 11 de julio de 2016

Montecasino. El Claustro del Bramante


La Abadía de Montecasino tiene como centro la Basílica, en la que se encuentra la tumba de san Benito. A dicho templo se accede a través de un espectacular claustro, que fue diseñado en 1595 por el célebre arquitecto Donato d'Angelo Bramante.

Al pie de la monumental escalinata, se erigieron en  sendas esculturas de san Benito y santa Escolástica, obra del padre Campi di Carrara. Tras ellos, se abre la Logia del Paraíso.

Pero no simplemente se trata de un lugar artísticamente hermoso. Esta maravilla del arte europeo fue testigo o, mejor dicho, víctima, de la barbarie de la Segunda Guerra Mundial. El año 1944, el Monasterio sufrió un bombardeo aliado, que causo cientos de bajas civiles, de ciudadanos de Casino que subieron a buscar refugio en el venerable monasterio.

Después de la guerra, todo el Monasterio fue reconstruido. La estatua de san Benito muestras las heridas de aquel terrible suceso. Y constituyen un mudo clamor de aquello que san Benito quiso que presidiera el Monasterio como lema: Pax.

domingo, 10 de julio de 2016

Montecasino. La Capilla de san Juan Bautista


En uno de los claustros de la Abadía de Montecasino se conservan los vestigios de lo que fue el oratorio de san Juan Bautista, que edificó san Benito y en el que, según la tradición, falleció mientras estaba en oración. En el suelo se encuentra marcado el perímetro de lo que fue aquel pequeño templo. Tenía tres naves, con unos veinte metros de largo por ocho de ancho. En la cabeza de dicho perímetro se emplazó un grupo escultórico que representa a san Benito, sujeto por dos discípulos, levantando los brazos en oración antes de su muerte y tránsito al cielo. En lo que fue la cabecera de dicho templo hay dispuesto un Cristo en Majestad.  

Éste es el relato que hace san Gregorio Magno de su glorioso tránsito:

En el mismo año que había de salir de esta vida, anunció el día de su santísima muerte a algunos de los monjes que vivían con él y a otros que estaban lejos; a los que estaban presentes les recomendó que guardaran silencio de lo que habían oído y a los ausentes les indicó la señal que les daría cuando su alma saliera del cuerpo. Seis días antes de su muerte mandó abrir su sepultura. Pronto fue atacado por la fiebre y comenzó a fatigarse a causa de su violento ardor.

Como la enfermedad se agravaba cada día más, al sexto día se hizo llevar por sus discípulos al oratorio, donde confortado para la salida de este mundo con la recepción del cuerpo y la sangre del Señor y apoyando sus débiles miembros en las manos de sus discípulos, permaneció de pie con las manos levantadas al cielo y exhaló el último suspiro, entre palabras de oración. En el mismo día, dos de sus monjes, uno que vivía en el mismo monasterio y otro que estaba lejos de él tuvieron una misma e idéntica visión.

Vieron en efecto un camino adornado de tapices y resplandeciente de innumerables lámparas, que en dirección a Oriente iba desde su monasterio al cielo. En la parte superior del camino, un hombre de aspecto venerable y lleno de luz les preguntó si sabían qué camino era el que estaban viendo. Al contestarle ellos que lo ignoraban, les dijo: "Éste es el camino por al cual el amado del Señor, Benito, ha subido al cielo".

Así, pues, los presentes vieron la muerte del santo varón y los ausentes la conocieron por la señal que les había dado. Fue sepultado en el oratorio de San Juan Bautista, que él mismo había edificado sobre el destruido altar de Apolo. Y tanto aquí como en la cueva de Subiaco, donde antes había habitado, brilla hasta el día de hoy por sus milagros, cuando lo merece la fe de quienes los piden.

sábado, 9 de julio de 2016

Montecasino. La Cripta de San Benito


En la Basílica del Monasterio de Montecasino, debajo del altar mayor y del coro de los monjes, se encuentra una cripta excavada a los pies del lugar originario de la tumba de san Benito. La cripta fue decorada a comienzos del siglo XX en el estilo propio de Beuron, tal vez un tanto hierático y orientalizante. Está ricamente decorado con mármoles, bronces y mosaicos. El altar de dicha cripta se levanta en una capilla, en la que están representadas las tumbas de san Benito y santa Escolástica. En este lugar encontraron refugio muchas personas durante el bombardeo al que fue sometido el Monasterio, durante la Segunda Guerra Mundial; y mientras que otros muchos refugiados de la ciudad de Casino perecieron, los que se refugiaron junto a la tumba de san Benito resultaron indemnes, como todavía recuerda un superviviente que vive no lejos del Monasterio.

viernes, 8 de julio de 2016

Montecasino. El altar de san Benito


Acercándonos ya a la solemnidad de nuestro Padre san Benito, vvisitamos uno de los lugares santos benedictinos: la Abadía de Montecasino. Hoy podremos contemplar el altar mayor de la Basílica, levantado sobre la tumba del santo. El espectacular templo barroco conservó como elemento central este hecho, y las excavaciones posteriores han confirmado que, a pesar de todas las reedificaciones del lugar, se ha conservado la exacta localización de esa tumba.

El altar mayor está en el crucero del templo,justo debajo de una cúpula. Deja oculto el coro donde los monjes celebran el Oficio Divino, e impone la celebración de la Eucaristía hacia oriente. Se trata de una estructura de mármol, bastante elevada sobre el pavimento del templo. En la parte posterior, muestra el emplazamiento de la tumba de los santos Benito y Escolástica, y allí hacen una estación de oración todos los días los monjes al término de las Vísperas.

En el siguiente video podemos ver la visita y oración que allí realizó el papa Benedicto XVI en su visita a la Abadía.

jueves, 7 de julio de 2016

Eichstätt y san Willibaldo


Martirologio romano.- En Dryopolis (hoy Eichstätt), en Franconia, san Willibaldo, obispo, el cual, habiendo abrazado la vida monástica, recorrió como peregrino muchos santuarios y lugares santos con el fin de establecer en ellos la vida monástica, hasta que san Bonifacio le ordenó obispo de esta sede e hizo de él un valioso colaborador suyo en la evangelización de Germania, convirtiendo a Cristo muchos pueblos (787).


Eichstätt es una ciudad alemana en el estado federado de Baviera, Alemania. La ciudad se ubica a orillas del río Altmühl, cerca del centro geográfico de Baviera y en triángulo con las ciudades más grandes de Baviera Múnich, Núremberg y Augsburgo.


San Willibaldo fundó en el 741 el obispado de Eichstätt en el lugar de una estación del imperio romano. La ciudad estuvo en posesión del obispado hasta la secularización en 1802 y pasó a formar parte de Baviera en 1806. Eichstätt fue incorporado como Principado de Eichstätt, el cual Maximiliano I de Baviera encargó a su hijastro Eugène de Beauharnais en 1817. El obispado fue restablecido en 1821.

martes, 5 de julio de 2016

Fiesta de la Misión Católica de Munich


El pasado domingo, celebramos en la Parroquia de la Visitación de Munich la Fiesta de la Misión Católica de Lengua Española. Don Alberto y las hermanas del Santo Ángel, ayudados por miembros de la comunidad, organizaron una fiesta a la que concurrieron cientos de personas. La Eucaristía fue cantada por un grupo de Bolivia, y siguió una comida al aire libre y bailes regionales.

sábado, 2 de julio de 2016

Los Lugares Santos de la Visitación

Celebra hoy la iglesia la memoria de santa Isabel, pariente de la Virgen María. Hace unos días celebramos el nacimiento de san Juan Bautista. Celebramos, así, la grandeza del Señor, visitando los lugares santos de la Visitación.

viernes, 1 de julio de 2016

Real Monasterio de San Lorenzo del Escorial


Un lugar imprescindible para conocer el espíritu de la Contrarreforma Católica promovida por la Monarquía hispánica es el Real Monasterio de San Lorenzo del Escorial, fundado por el rey Felipe II con motivo de su victoria sobre Francia en la batalla de San Quintín, el 10 de agosto de 1557, día de la fiesta de San Lorenzo, en cuyo honor el Monasterio fue construido en forma de parrilla, formada por distintos claustros y patios. El siguiente montaje fotográfico nos permite ver alguno de los lugares más destacados del Real Sitio.